ALEJANDRO DESHACE EL NUDO GORDIANO
La leyenda afirma que Alejandro el Grande (356–323 a.C.), rey de Macedonia y de los griegos, tras cruzar el Helesponto, en el año 333 a.C., se dirigía a conquistar el Imperio persa.
Al llegar a la localidad de Gordión, capital del reino de Frigia, actual Anatolia, fue informado de las creencias y leyendas locales.
Según la tradición, en la acrópolis de esa ciudad, había un carro de oro atado con una especie de trenzado con un nudo imposible de desatar. Se decía que quien pudiera desatar ese nudo sería el rey de toda Asia.

Además, por aquellas fechas, un
augurio que circulaba por ese reino afirmaba que el futuro rey de Frigia y conquistador
de Asia, vendría acompañado de un cuervo que se posaría en el carro de oro,
después desataría el nudo, con lo que abriría para sus ejércitos las puertas de
Asia.
Alejandro
sintió curiosidad por estas historias legendarias y se enfrentó al reto
de desatar el nudo llamado gordiano. La ambición de Alejandro hizo que
intentara desatar, sin éxito, aquel lazo imposible. Rodeado de los más
importantes hombres de la ciudad que esperaban verlo fallar y retirarse humillado; protegido de sus generales y
hombres de confianza, solucionó el problema cortando el nudo con su
espada.

Esa misma noche hubo una gran tormenta de rayos, lo que fue entendido por los macedonios como un augurio del propio dios Zeus, entendiendo que
estaba de acuerdo con aquella solución.
Ante ello, Alejandro afirmó “es lo mismo cortarlo que desatarlo”.
Ante ello, Alejandro afirmó “es lo mismo cortarlo que desatarlo”.
En apenas once años, aquel joven rey
macedonio acabó conquistando Oriente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario